El tratamiento de ondas de choque está basado en una onda acústica que transmite energía a los tejidos musculoesqueléticos con lesiones subagudas, subcrónicas y crónicas.
La energía promueve la regeneración y procesos reparativos de los tendones, músculos y otros tejidos blandos. La energía cinética del proyectil, generada por el aire comprimido, se transfiere al transmisor en el extremo del aplicador y adentrándose en el tejido donde incide sobre calcificaciones, actúa en la inflamación crónica y alivia el dolor crónico.
Cuando la onda de choque se utiliza de manera controlada y segura se provocan cambios biológicos-fisiológicos positivos sobre los tejidos que ayudan al organismo a sanar.